Una correcta planificación


El grado de una intervención en las buhardillas puede variar mucho. Desde acondicionar la cubierta (obras mayores) a hacer rehabilitaciones sencillas, como cambiar puertas o aislar ventanas (obras menores). “En cualquier caso –cuenta Emilio Medina, arquitecto del estudio MVN-, es importante el asesoramiento de un técnico para hacer un proyecto y, si es preciso, solicitar las licencias o permisos necesarios”.

Dimensiones 
más óptimas


Es un error pensar solo en términos de metros cuadrados. La altura y la inclinación son determinantes. Lo ideal es disponer de una superficie mínima de unos 15 m². En cuanto a la altura, y, para que sea cómodo moverse, es aconsejable que la parte más alta no mida menos de dos metros. Todos los espacios con las zonas más bajas, se pueden aprovechar para colocar mobiliario a medida o piezas modulares.

¿Escalera fija
 o plegable?

“Es importante –subraya Emilio Medina– valorar la superficie del suelo que va a ocupar la escalera en las dos plantas, y su efecto sobre el resto de la decoración”. Si se necesita un acceso a la buhardilla que optimice el espacio, se ha de instalar una escalera escamoteable que se desplegará cuando sea necesario, o una de barco, de tan solo 65 cm de ancho. Si se opta por un modelo fijo, las de caracol ahorran metros porque miden 1,10 cm de diámetro y carecen de hueco central.

Ventanas, luz 
y aislamiento

La luz natural es fundamental para conseguir claridad y ventilación en una buhardilla. Las ventanas deben dejar pasar la luz, pero también han de disponer de un aislamiento térmico perfecto porque es una zona con temperaturas extremas. “Los vidrios– cuenta Emilio Medina– han de tener cámara de aire, con control solar y de baja emisividad para reducir al máximo el calentamiento por el sol y evitar fugas de frío y calor”. Además, se pueden instalar cortinas o estores motorizados que tamicen la luz. Algunas ventanas pueden incorporar protectores solares y detectores de lluvia, que cierran la hoja automáticamente, o también motores invisibles de apertura mediante control remoto, si están a mucha altura.

¿Espacio de juego, dormitorio o salón?

Antes de pensar en las instalaciones hay que decidir el uso que se va a dar al espacio. Si la buhardilla se convierte en salón o estudio, bastará con un sistema de iluminación. Si la convertimos en suite, se deberán añadir conducciones de agua y evacuación.

Abrigada y muy fresca

La climatización de este espacio es fundamental. La ventilación natural, que produce corrientes cruzadas y los sistemas de calefacción y aire acondicionado convencionales son buenas opciones. ¿Un consejo? El suelo radiante, que permite un ahorro energético de un 15-20%.

Jugar con los revestimientos

Las vigas son el elemento que más personalidad y encanto aporta a una buhardilla. Si son de madera natural, puedes preservarlas y convertirlas en las protagonistas del espacio. Las paredes con tonos neutros multiplicarán la luz, así que unas vigas blancas crearán buhardillas visualmente más amplias. En cuanto a la decoración, los desniveles del techo complican la ubicación de los muebles. Lo mejor es situar piezas de poca altura y muebles a medida, allí donde el techo es más bajo.

Fuente: El mueble